Nos parece un sueño lo que estamos viviendo, nos hacemos tantas preguntas estos días, que a veces emerge el silencio y nos entristecen las dudas.

La Formación Profesional recogió sus aulas hace más de un mes entre incertidumbre y expectación. Poco a poco nos fuimos dando cuenta, que esto no iba a ser como antes. Todos recordamos el Centro, el aula, la complicidad, la empatía, el trato personal, los proyectos del grupo, el intercambio, el diálogo y la diversidad de opinión; es decir, los valores humanos que día a día aparecen en el aula, y contribuyen a enriquecernos a todos.

Cuesta trabajo aceptar la realidad y todos los cambios tan drásticos e inesperados, surgidos en pleno siglo XXI. Un agente celular, el virus Covid-19, (que precisa otro ser vivo para replicarse) nos ha cambiado nuestra forma de vida. Desde luego, ha sido un gran giro, pero lo hemos hecho y sólo nos queda aprender de esta experiencia.

Ante la posibilidad de no poder volver a una completa normalidad, debemos transmitir un mensaje de tranquilidad y confianza ante las medidas que tomen las autoridades sanitarias, que son los que nos indicarán como proceder. Por eso, hay que tener en cuenta sobre todo la prevención y valorar los riesgos que esto pueda suponer, planificando medidas adecuadas para no volver a vivir esta situación. Si conseguimos detectar y tener en cuenta los nuevos problemas generados por la pandemia, lograremos encontrar soluciones puntuales tanto para este curso como para el próximo.

El Covid-19 ha sido un gran reto para toda la FP, pues, la enseñanza telemática era hasta ahora, un instrumento de apoyo a la forma presencial. En estos días tan difíciles que nos ha tocado vivir, hemos avanzado en la digitalización con gran esfuerzo por parte del profesorado y de los equipos directivos, para ayudar y acompañar al alumnado y a sus familias en este proceso.

En estas circunstancias tan difíciles hay que valorar y reconocer el esfuerzo, dedicación y compromiso, que está realizando el profesorado junto con las direcciones de los centros para proporcionar la mejor formación posible; porque la educación no se detiene.

Entre todos y todas deberíamos velar para que el retorno a la normalidad se haga cumpliendo estrictamente las medidas de seguridad que establezcan las autoridades, y que serán lo mejor tanto, para el alumnado como para todas las personas que trabajan en los centros educativos y en las empresas tan necesarias para nuestra FP.

Esta crisis, ha sido un gran reto y se tiene que convertir en una oportunidad de cambio.

María José Fernández Campos
Vocal Asturias, Galicia y Cantabria
CIFP Hostelería y Turismo Gijón