IV Congreso. Formación Profesional: Un camino seguro al Empleo

IV Congreso. Formación Profesional: Un camino seguro al Empleo

Claves para una mejora del sistema. La visión de los centros de FP

Nos encontramos en un mundo en transformación, en el cual las tecnologías, los sectores productivos, las relaciones sociales y laborales cambian constantemente dentro de un nuevo entorno global, multicultural y lleno de incertidumbres.

Teniendo en cuenta que España tiene un sistema educativo en constante cambio legislativo y que no encuentra respuesta adecuada a las altísimas tasas de repetición, fracaso escolar y abandono prematuro, y sabiendo que en los últimos años se ha reducido el gasto público por alumno de más del 15 por ciento, los centros de formación profesional quieren con su experiencia aportar su punto de vista, sus propuestas y estrategias de mejora para la Formación Profesional.

La Asociación de Centros de Formación Profesional “FPempresa”, exige también un gran pacto nacional por la educación, necesario para poder contar con un marco estable y consensuado por la mayoría. Además queremos aportar una serie de propuestas para la mejora sostenible del sistema de Formación Profesional, aportando el punto de vista de los centros educativos que día a día trabajamos para que la Formación Profesional española sea un referente.

Queremos volver a señalar que el sistema de Formación Profesional actual es bueno y de calidad, a la altura de los mejores sistemas europeos y que no debe enfocarse como una vía secundaria. No obstante, siempre existen aspectos a mejorar y, desde la Asociación de Centros de Formación Profesional “FPempresa”, queremos hacer énfasis en los siguientes:

 

Tipología de centros de FP.

Actualmente, en el ámbito público, existen tres tipos diferentes de centros de formación profesional, los centros que solo imparten formación profesional (Integrados, Específicos, Superiores, etc.), los centros con una oferta mayoritaria de formación profesional (IES provenientes de antiguos Institutos Politécnicos) y centros con una pequeña oferta de formación profesional (IES provenientes de antiguos Institutos de BUP y centros pequeños). Así mismo, los centros concertados y privados pueden ofrecer la oferta formativa que tengan autorizada.

Nuestra propuesta, con las excepciones en virtud de las diferentes características sociales, demográficas o de distribución territorial, sería la de un centro específico de Formación Profesional con una oferta mayor o menor, en cuanto a cantidad y variedad, en función de las características socio laborales del entorno y adaptado de manera flexible a un entorno socioeconómico y tecnológico en permanente cambio.

Queremos señalar la importancia de que la oferta de formación profesional esté cercana a la ciudadanía implementando las medidas necesarias para ello.

 

Formación para el empleo.

Sabemos de la importancia de la formación profesional para mejorar la economía y productividad del país. Reconocemos además la necesidad, común a toda la formación profesional, de una planificación estratégica para su vinculación con el tejido empresarial, la importancia de la anticipación de la formación a los requerimientos de la producción y la contribución efectiva de la formación a la competitividad de las empresas.

Por ello, seguimos insistiendo en una revisión del sistema actual de formación para el empleo. Creemos que hay una oportunidad real de que este tipo de formación se imparta, de una forma generalizada, con unas mayores garantías de calidad, transparencia y servicio público en los mismos centros donde se imparte la formación profesional reglada, permitiendo así que todos los centros de FP puedan ofertar este tipo de formación, en virtud de sus características propias.

Pedimos que se eviten duplicidades y que los subsistemas de FP se impartan en un único tipo de centro proveniente de los actualmente dependientes de Educación y de Empleo. Se conseguiría así, además de unificarlos, una optimización del dinero público.

 

Formación Profesional Dual.

Desde que se iniciaron, hace cinco años, los diferentes programas pilotos y experiencias en el terreno de la Formación Profesional Dual amparados en el Real Decreto 1529/2012, muchas han sido las vicisitudes por las que se ha transitado. Como hemos venido insistiendo, a la hora de plantear un modelo de formación profesional dual, éste debe adaptarse al sistema educativo y productivo existente, mejorando la cualificación de nuestra juventud y favoreciendo la inserción laboral de nuestros titulados y tituladas, todo ello dentro de la perspectiva de asentar un modelo económico competitivo integrado por personas altamente cualificadas.

Señalamos que partíamos de un modelo que hoy representa el 95% del total del alumnado de Formación Profesional reglada que:

  1. Tiene un enfoque eminentemente práctico, donde se trabajan situaciones y se resuelven casos prácticos reales, tales como los que el alumnado se va a encontrar en el sistema productivo.
  2. Conjuga estrechamente la formación académica en los centros educativos con la práctica laboral en las empresas, a través del módulo de formación en centros de trabajo.

Un nuevo modelo no puede mermar el contenido curricular del que hemos dotado a nuestro sistema y del que son garantes nuestros centros educativos, ni tampoco debe limitarse a formar trabajadores con un perfil específico de una determinada empresa.

Por otro lado, es necesario que la Administración del Estado evalúe los resultados de los diferentes y dispares modelos de FP dual en las diferentes CC.AA. y centros del territorio MEC, regulando y estableciendo un marco o modelo general estatal que permita a todos los  agentes implicados tener claro cuáles son las reglas del juego.

Partiendo de estas premisas creemos que el modelo de FP Dual debería:

  1. Implicar que las empresas no se limitan a tener alumnado en prácticas o trabajadores “junior” sino que dediquen parte del tiempo y los recursos específicamente a formar a los aprendices.
  2. Ese nuevo modelo debe entenderse como una ampliación, extendiendo la formación a lo largo de periodos de tiempo no lectivos actualmente pudiendo ampliar incluso a tres años el modelo; alternando los periodos de formación en la empresa con los periodos de formación en los centros educativos. La modalidad dual preferentemente debe iniciarse al finalizar el primer curso y ha de garantizar la impartición del currículo y las horas lectivas previstas en el mismo en el seno de los centros educativos
  3. El modelo debe ser atractivo para el alumnado, para las empresas y el profesorado. El alumnado ha de ser retribuido, al menos, con el salario mínimo interprofesional para una jornada completa y las empresas deben disponer de un periodo de prácticas lo suficientemente prolongado en el tiempo, que les permita rentabilizar su inversión en formación. Debe reconocerse también al personal de los centros y a los tutores de las empresas el esfuerzo suplementario que supone participar en un programa de formación dual.

 

Formación del Profesorado de FP

Aunque encontramos realidades distintas dependiendo de las diferentes sensibilidades según las CC.AA. y centros del territorio MEC, debemos insistir en que la alta complejidad de las materias y subprocesos tecnológicos implicados en las diferentes familias profesionales de la FP, requiere una mayor apuesta por mejorar el sistema de formación del profesorado.

Es necesario incrementar las vías para formar al profesorado, no solamente mediante la modalidad de cursos de formación generales, sino mediante otras formas:

Establecer ayudas individuales de formación que permitan a los profesores acceder a cursos específicos en diferentes ámbitos.

Permitir, facilitar e incentivar la compatibilidad de la enseñanza en el ámbito funcionarial con las labores o tareas en el ámbito profesional o productivo.

Incentivar y financiar las estancias de formación en empresas por periodos de al menos seis meses del profesorado de formación profesional, sin menoscabo del funcionamiento de los centros.

Programas Internacionales para la Formación Profesional

La internacionalización de la formación y de los centros de FP es un factor clave para mejorar la calidad y la empleabilidad en un mundo globalizado. Por ello los programas europeos como Erasmus + deben adaptarse a la realidad del tamaño y de los recursos de los Centros de FP y del nivel socio-económico de los alumnos de esta etapa educativa. Para ello, requerimos a las instituciones europeas, al Ministerio de Educación, al SEPIE y a las administraciones autonómicas a tener en cuenta que es necesario:

  1. El incremento de las ayudas económicas de las movilidades para prácticas en Empresa para alumnos de FP de Grado Superior, puesto que la actual política de becas para esta tipología de movilidad genera desigualdad de oportunidades.
  2. El centro promedio de formación profesional, tanto público como privado, es pequeño tanto por tamaño como por estructura y no comparable a otras instituciones u organizaciones. Por tanto, para el desarrollo de los diferentes programas de movilidad de alumnos y profesores, se requieren recursos económicos y humanos suplementarios para la gestión de las mismas.

Orientación Profesional y Psicopedagógica en los Centros de FP.

Dada la actual complejidad de los centros de formación profesional se hace necesaria la generalización y la dotación de los recursos humanos de los Departamentos de Información, Orientación Profesional, Educativa y Psicopedagógica, que permita un apoyo tanto para los alumnos que necesitan cambiar de itinerario formativo o profesional, como para facilitar la empleabilidad u otras posibilidades en el desarrollo personal o profesional.

Por otro lado, es necesario contar con profesionales del ámbito de la psicopedagogía de etapas previas que conozcan en profundidad el sistema de formación profesional para mejorar la orientación, el rendimiento y los métodos de trabajo en el caso de alumnado con problemas de aprendizaje.

Descargar programa IV Congreso