El CIFP Don Bosco LHII (Guipúzcoa), centro asociado a la Asociación de Centros de Formación Profesional FPEmpresa, ha lanzado un proyecto denominado Oldbot, que conecta la robótica social con centros educativos de diferentes niveles y con residencias de mayores de la comarca. Este proyecto busca no solo introducir la tecnología en el ámbito del cuidado de personas mayores, sino también fomentar competencias STEAM entre los jóvenes estudiantes.

El origen del proyecto se remonta al curso 2014/15, cuando el CIFP Don Bosco LHII ha creado su primer robot social, Osabot, impreso en 3D. Este robot ha sido destinado al centro gerontológico Villa Sacramento de Donostia-San Sebastián para ayudar en la realización de los ejercicios diarios de los usuarios. Sin embargo, durante la pandemia, cuando la necesidad de apoyo a la tercera edad se ha hecho más evidente, se ha decidido enfocar nuevamente el trabajo en la robótica social. Para financiar esta iniciativa, el centro ha presentado el proyecto a la convocatoria del Ministerio de Educación y FP en 2021.

Un proyecto colaborativo

El CIFP Don Bosco LHII lidera este ambicioso proyecto, con la colaboración del IES Montsacopa de Olot, así como de centros gerontológicos como la Residencia de mayores Villa Sacramento y la Fundació Antic Hospital Sant Jaume d’Olot. La selección de socios en diferentes comunidades autónomas se ha llevado a cabo siguiendo los criterios de la convocatoria.

“La unión de diferentes centros y disciplinas es clave para abordar los desafíos actuales en el cuidado de mayores y para reducir el rechazo hacia la tecnología en este sector. Queremos que los estudiantes vean la tecnología como una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas mayores”, comenta David Muñoz, responsable del proyecto.

Objetivos y actividades

El proyecto Oldbot tiene múltiples objetivos, entre los que destacan la cooperación con el entorno, la transferencia de conocimientos sobre robótica social y la reducción de la brecha digital de género. También busca desarrollar el pensamiento crítico en los estudiantes y fomentar valores de inclusión y solidaridad.

Las actividades realizadas durante el curso 2022/23 incluyen sesiones de formación para docentes y estudiantes de FP, experiencias prácticas en centros gerontológicos y diagnósticos sobre la situación tecnológica en estos lugares. “Nuestro alumnado no solo está aprendiendo sobre robótica, sino que también está trabajando en un entorno real, lo que le proporciona una perspectiva valiosa sobre las necesidades de las personas mayores”, añade Muñoz.

Resultados y beneficios

El impacto del proyecto ha sido significativo, ya que ha permitido a los estudiantes involucrarse en retos reales y trabajar con personas mayores. Esto no solo les ha hecho más solidarios e inclusivos, sino que también les ha proporcionado una nueva visión sobre el papel de la tecnología en la atención a la tercera edad. “Al finalizar el proyecto, nuestros jóvenes se sienten más preparados para afrontar los desafíos de la vida real y ven la tecnología como un aliado para el bienestar de las personas”, expresa el responsable del CIFP Don Bosco LHII.

Además, el proyecto Oldbot ha sido reconocido con el XIII Premio Nacional de Educación para el desarrollo “Vicente Ferrer” 2023, lo que subraya su relevancia en el ámbito educativo y social.

Un futuro prometedor

El CIFP Don Bosco LHII continúa trabajando en la línea del proyecto Oldbot bajo la iniciativa SilverBots. La finalidad es seguir desarrollando competencias tecnológicas y de cuidado, preparándose así para un futuro cada vez más digital, donde el cuidado de las personas mayores será una prioridad.

“Con este enfoque, el centro se posiciona como un referente en el desarrollo de la Silver Economy en la comarca de Oarsoaldea y la provincia de Guipúzcoa, estableciendo colaboraciones estratégicas que prometen un futuro más inclusivo y tecnológico para todos”, concluye David Muñoz.

La Salle Berrozpe y el CIFP Don Bosco LHII, centros asociados a la Asociación de Centros de Formación Profesional FPEmpresa, han desarrollado un proyecto para impulsar la Robótica Autónoma. “La Robótica Autónoma es el área de la robótica que desarrolla robots capaces de desplazarse y actuar sin intervención humana. Para ello, el robot debe percibir su entorno y actuar de forma adecuada”, explica Josema Fernández Izaguirre, profesor del centro La Salle Berrozpe.

“De esta forma, se adquiere la capacidad de poder ejecutar actividades y tareas sin la necesidad de algún tipo de comando y control directamente explícito de los humanos”, añade Josema.

Origen del proyecto

“Desde Tknika, como centro impulsado por la Viceconsejería de Formación Profesional del Departamento de Educación del Gobierno Vasco y cuyo eje fundamental son la investigación y la innovación aplicada, tras un trabajo de prospectiva se identificó la robótica autónoma como una línea de actuación a abordar”, señala Fernández Izaguirre.

“Coordinados por Tknika, los centros de FP Euskadi, tanto públicos como concertados, a través del trabajo en red, y con la implicación del profesorado de formación profesional, se desarrollan proyectos de innovación relacionados con los ámbitos tecnológicos, formativos y de gestión. Con esta premisa, al poner en marcha el área de especialización de robótica autónoma se contó para trabajar en la misma con profesores de La Salle Berrozpe y Don Bosco LHII”, agrega el profesor.

“Los dos centros habíamos participado con anterioridad en programas de innovación relacionados con el ámbito y por lo tanto ya disponían de unos conocimientos previos adquiridos. En este caso, el equipo de trabajo está formado por mí, Josema Fernández, Ion Hernández (Profesor de Don Bosco LHII), Lara Burgoa y Oihane Bilbao (Tknika)”, afirma Fernández.

Objetivos

Respecto a los objetivos fundamentales de esta iniciativa ha sido “llevar a cabo la prospectiva tecnológica y detección de necesidades en FP Euskadi en el ámbito de la robótica autónoma; estudio de tecnologías de navegación, manipulación, percepción, interacción robot-humano; trabajar con simuladores y entornos de desarrollo para la virtualización de procesos con robots autónomos; aplicación de dichas tecnologías en diferentes ámbitos; y transferencia del conocimiento adquirido mediante formaciones, webinars u otros formatos para impulsar perfiles profesionales adaptados a este nuevo paradigma”, enumera La Salle Berrozpe.

“En definitiva, lo que se pretende es reducir la brecha competencial desde que surge una tecnología, en este caso las tecnologías que engloban la robótica autónoma, hasta que la sociedad obtiene provecho de ello. Si el profesorado de FP conoce una tecnología, tendrá la oportunidad de aplicarla en el aula y hacer al alumnado conocedor de la misma. Dichos alumnos cuando se incorporen al mercado laboral podrán aplicarla en el tejido empresarial. Los alumnos serán los mayores beneficiarios de este proyecto, ya que las competencias adquiridas serán actuales y adecuadas a las necesidades cambiantes del tejido empresarial y la sociedad”, concluye Izaguirre.